El oro puro nos cautiva con su brillo, sus colores resplandecientes y su elegancia intemporal. Por eso podemos llevar joyas de oro durante décadas. Sin embargo, en su estado puro, el oro es también uno de los metales más blandos del planeta. Es tan suave que el pan de oro puro se puede doblar con la mano. Por ello, el oro puro rara vez se utiliza en joyería.
Al comprar joyas de oro, lo más frecuente es encontrar joyas de oro de 14 o 18 quilates. Sus propiedades técnicas son ideales para el tratamiento manual, es más duro que el oro de 18 quilates y es resistente a los arañazos y, por supuesto, más asequible. En definitiva, son ideales para las joyas que se llevan a diario.
¿Qué es el oro puro?
El oro es un elemento químico y se presenta en la naturaleza en diversas formas, como alambre, pepitas y escamas. Es de color amarillo metálico y tiene un peso relativamente elevado. El oro se caracteriza por su resistencia a la corrosión y a las influencias ambientales, como los ácidos y los álcalis. Sin embargo, tiene el inconveniente de su baja dureza.
Sin embargo, el oro puro rara vez se utiliza en joyería. Esto se debe, entre otras cosas, a que las joyas se deforman fácilmente y no se pueden pulir. La solución es, pues, combinar o mezclar el oro con otros metales. En este proceso, el oro se funde y se mezcla con otros metales fundidos en proporciones y condiciones específicas.
Aleación de oro de 14 quilates
Dependiendo de la composición de la aleación, los tonos de oro varían desde matices sutiles hasta tonos atrevidos y excéntricos. El verde, el morado y el marrón no son nuevos, pero los clásicos son y seguirán siendo el amarillo, el blanco y el oro rosa.
Oro amarillo
Si tiene varias piezas de joyería de oro amarillo compradas en distintos comercios en diferentes momentos, el color variará ligeramente de una pieza a otra.
El oro amarillo de estas joyas suele contener plata y cobre, y la proporción de mezcla de estos dos metales con el oro puede variar ligeramente. El cobre hace que el metal sea más duro, pero también un poco más quebradizo y ligeramente rojizo, mientras que la plata aclara el color. En comparación con las aleaciones de oro, el oro puro tiene un color casi amarillo anaranjado.
Oro rosa y rojo
El oro rosa se fabrica con la misma aleación que el oro amarillo, pero con un contenido de cobre mucho mayor, lo que le da un aspecto moderno y muy delicado. El cobre endurece el oro y, por tanto, el oro rosa es más duro y duradero que el amarillo o el blanco. El oro rosa se llama a veces «oro ruso», ya que era popular en la Rusia del siglo XIX.
Es posible que también haya oído o leído el término «oro rosa». Su contenido en cobre es incluso mayor que el del oro rosa, pero la diferencia de color es tan pequeña que muchos vendedores utilizan los dos términos indistintamente. La calidad de ambos tipos de oro es la misma, por lo que sólo queda determinar qué tono prefiere el cliente.
Oro blanco
El secreto del oro blanco es un poco más complejo que el de las aleaciones comunes de oro, plata y cobre. Esto se debe a que el oro blanco requiere componentes que cubran el color amarillo característico del oro.
Las aleaciones más comunes son las de oro-paladio-plata y las de oro-níquel-cobre-zinc. Las aleaciones de níquel y oro son especialmente duras y suelen utilizarse para fabricar anillos.
Las aleaciones de oro que contienen paladio se denominan a veces oro blanco y son más caras y blandas. Por lo tanto, cada elemento que se añade al oro afecta a las propiedades y al precio del producto final.
El color del oro blanco también puede variar ligeramente, desde el amarillo muy pálido hasta el marrón, pasando por el gris y el rosa pálido. Los tonos más fríos de la plata se deben únicamente al revestimiento de rodio blanco aplicado al acabado de la joya.
La superficie es más resistente a los arañazos y la mantiene como nueva durante más tiempo. Sin embargo, también sabemos que algunos clientes prefieren el color del oro blanco sin chapado. Si desea que su joya no esté chapada, indíquelo en la casilla de comentarios al realizar el pedido.
Innovaciones del oro
No es sólo la creatividad del diseñador lo que aporta un soplo de aire fresco a la fabricación de joyas, sino que a veces también es necesaria la ciencia.
Según la proporción de aluminio y cobre, el oro puede volverse rosa o permanecer amarillo. Dependiendo de la temperatura, se produce una transformación de fase, en la que cambia la estructura cristalina.
El proceso de transformación es reversible y la transición entre cada fase se indica mediante un cambio en el patrón de la superficie del oro. Lo llamamos efecto de memoria de forma. Se crean pequeñas áreas aparentemente desordenadas que brillan con un resplandor.
Joyas bañadas en oro
Se aplica una fina capa de oro a la superficie del metal. A primera vista parece tan bueno como el oro auténtico, pero es menos duradera.